BEAGLE
HARRIER
Es
una raza de rastro inglesa utilizada siempre en jaurías bastante numerosas,
para la caza de la liebre, del zorro, del corzo y, algunas veces, del faisán.
De fácil adiestramiento, los ejemplares de esta raza ya desde pequeños, se
integran perfectamente a la jauría demostrando una gran pasión venatoria y,
algo importante en la caza a caballo, también una buena disciplina. Mas veloz y
resistente que el Beagle, sabe anunciar muy bien a la presa, siguiendo el rastro
a lo largo de grandes distancias.
Aunque
los cinófilos franceses reivindican la paternidad y los orígenes de este
perro, no existe ninguna duda que éste es el resultado de cruzamientos entre el
Harrier y el Beagle, realizados por los criadores ingleses y, sobre todo, por
los propios cazadores que querían un perro más veloz que el pequeño Beagle,
capaz de mantener el paso de los caballos al galope. Estos cruzamientos se
realizaron en el siglo XVII y al principio no fueron bien vistos por los cinófilos
anglosajones que querían mantener la pureza de líneas de las dos razas.
Exportados más tarde a Francia, obtuvieron rápidamente un gran éxito siendo
precisamente un francés, el barón Gérard quien, basándose en las características
de sus Beagle Harrier, estableció el primer estándar de
raza. Sólo de este hecho nace el equívoco de que podría tratarse de
una raza de origen francés, equívoco que luego fue corroborado por la
presencia de un gran número de estos perros en tierra francesa, donde
encontraron una adecuada utilización sobre todo, en la caza del corzo.
Es
un perro elegante, de líneas armoniosas y robusto, donde se encuentran
resumidas las características de las dos razas de las cuales proviene. Se mueve
con gran elasticidad, velocidad y resistencia y se diferencia del Beagle, entre
otras cosas, por la cabeza mucho más liviana.
Alzada
a la cruz. De 43 a 48 cm.
Cabeza.
Cráneo relativamente ancho. Trufa negra y desarrollada. Hocico de longitud
igual a la del cráneo, nunca
cuadrado
sino de perfil afilado. Caña nasal recta. Labios la mandíbula inferior. Stop
no muy evidente. Protuberancia occipital apenas marcada.
Ojos.
Bien abiertos, de color oscuro.
Orejas.
En forma de "V", casi planas , de mediana longitud y anchura, con
nacimiento por encima de la línea del ojo.
Cuello.
Largo, libre, redondeado en la parte superior.
Extremidades
anteriores. Fuertes y en aplomo correcto. Hombros largos oblicuos, musculosos.
Cuerpo.
Tórax relativamente caído bastante abierto. Esternón muy prolongado hacia atrás.
Dorso corto bien sostenido, musculoso. Riñones fuertes. Ancas bien destacadas,
oblicuas y fuertes.
Extremidades
posteriores. Muslos bien caídos y musculosos. Corvejones bajos y muy rectos.
Pies.
Ni demasiado redondos ni alargados. Plantas gruesas y duras.
Cola.
De longitud media, levemente espigada.
Pelaje.
Bastante tupido, no demasiado corto, liso. Color: generalmente tricolor, con
manchas fuego más o menos intensas. También existen tricolores grises y
bicolores blancos y grises. De todos modos. el color tiene poca importancia en
esta raza.
Características:
Es un perro elegante, de líneas armoniosas y robusto, donde se encuentran resumidas las características de las dos razas de las cuales proviene. Se mueve con gran elasticidad, velocidad y resistencia y se diferencia del Beagle, entre otras cosas, por la cabeza mucho más liviana.
Cría y cuidados:
ALIMENTACION. Las necesidades alimenticias en el ejemplar adulto calculadas como ración de mantenimiento, se encuentran entre las 850-950 Kcal. diarias. Este perro se adapta perfectamente a la caza en grupos de dos o tres, o en jaurías muy numerosas.
CUIDADOS DIARIOS. Para obtener los mejores resultados de la jauría, además de una buena alimentación y el mantenimiento de óptimas condiciones higiénico ambientales, es preciso realizar una rigurosa profilaxis a base de vacunas y hacer que el entrenamiento sea constante.
ENFERMEDADES. En los jóvenes Beagle
Harrier se ha descrito una enfermedad de origen desconocido que determina una
hemorragia del líquido cerebro-espinal, comportando hipertermia e intenso color
cervical. La terapia, que permite obtener resultados inmediatos pero que a veces
son transitorios, está basada en el uso de cortisona.
Origen:
Aunque los cinófilos franceses reivindican la paternidad y los orígenes de este perro, no existe ninguna duda que éste es el resultado de cruzamientos entre el Harrier y el Beagle, realizados por los criadores ingleses y, sobre todo, por los propios cazadores que querían un perro más veloz que el pequeño Beagle, capaz de mantener el paso de los caballos al galope. Estos cruzamientos se realizaron en el siglo XVII y al principio no fueron bien vistos por los cinófilos anglosajones que querían mantener la pureza de líneas de las dos razas. Exportados más tarde a Francia, obtuvieron rápidamente un gran éxito siendo precisamente un francés, el barón Gérard quien, basándose en las características de sus Beagle Harrier, estableció el primer estándar de raza. Sólo de este hecho nace el equívoco de que podría tratarse de una raza de origen francés, equívoco que luego fue corroborado por la presencia de un gran número de estos perros en tierra francesa, donde encontraron una adecuada utilización sobre todo, en la caza del corzo.