BRACO
ITALIANO
Perro
italiano de antiguo origen, este Braco es uno de los mejores perros de muestra
entre las razas continentales y muy adecuado para cazar en su país muy variado
en cuanto a las condiciones climáticas y ambientales. Trotador por excelencia,
está dotado de gran resistencia, insuperable equilibrio y excepcional sentido
venatorio, todo lo cual está unido a una rara dulzura. Estas son las características
por las cuales el Braco italiano es un perro muy apreciado por los cazadores de
su país.
Aunque
Plinio en su importante obra "Naturalis Historia"
habla de un "canis avuarius", que puede aproximarse al Braco
italiano, el testimonio más antiguo y cierto lo ofrece el gran pintor toscano
Ambroggio Lorenzeti en el fresco de la alegoría del "Buen y mal
gobierno", realizado entre 1338 y 1340, en la Sala de los Nueve en el
Ayuntamiento de Siena. Entre las diversas imágenes presenta a un perro con ejes
cráneo-faciales claramente divergentes, muy similar al perro italiano de
muestra actual. Por tanto, orígenes antiguos, pero también puede decirse que
de noble linaje si se piensa que incluso los reyes de Francia tuvieron en sus
perreras bracos piamonteses - con la capa blanca y anaranjada - y que los
Saboya, desde finales de 1300, recibieron como regalo, por parte de sus súbditos.
cuatro perros de raza Brazi por cada valle sobre el cual tenían poder y
jurisdición. De este perro aún se encuentran diversos y válidos testimonios
en muchos retratos de la casa de Saboya, donde aparece al lado de príncipes y
reyes. Además, parece cierto que los intercambios de estos animales entre las
familias reales y nobles de Europa contribuyeron a !a sucesiva formación de
muchas razas de bracos en Alemania, España y Francia. Pero si en los Alpes
existía este perro, relativamente liviano y ágil para mejor poder cazar en los
valles y con la capa predominantemente blanca, en la llanura lombarda existía
otra variedad más pesada con cabeza más imponente menos esbelto en las formas
y con la librea más oscura, en tonalidades marrones. Estas variedades, que podríamos
definir respectivamente como pesada y liviana, permanecieron prácticamente
inalteradas hasta finales del siglo XVIII y no han sido pocas las disputas entre
la validez de una y otra y sobre las presuntas diferencias en sus características
naturales y de prestaciones. Sin embargo, parece más lógico pensar en su
funcionalidad con relación a la diversa naturaleza de los terrenos donde
cazaban. Por tanto, resulta lógico pensar que el tipo liviano tuviera un mejor
rendimiento en las zonas más accidentadas de montaña y colina, mientras que el
tipo pesado era mejor para los terrenos planos de las llanuras de Lombardía y
del Véneto adonde en aquella, época aún abundaban marismas y los pantanos.
La
unificación de las dos variedades en un único estándar de raza no ha
significado la derrota de una o de otra, porque dentro de un margen de 12 centímetros
en la altura y de 15 kilos de peso están comprendidas ambas. En cuanto al
resto, éstas siempre han tenido y aún tienen idénticas características
morfológicas y somáticas e idénticas cualidades venatorias naturales.
Se
puede también afirmar que la unificación ha reforzado la raza, fundiendo a
veces las mejores cualidades de una y otra variedad.
La
prueba de ello está en el hecho de que el Braco italiano actual (en las dos
variedades de capa blanca y anaranjada y ruano marrón) es mejor tanto bajo el
aspecto morfológico-funcional como en el relativo al carácter. De ello hay
testimonios como las numerosísimas afirmaciones, a los máximos niveles.
Hoy,
el Braco italiano obtiene siempre más éxitos y atenciones, hasta el punto de
estar recuperando el terreno perdido, lo que es mérito de muchos grandes
criadores que lo han seleccionado con pericia, competencia y seriedad, ya sea
desde el punto de vista venatorio como estético.
Todo
esto ha contribuido ciertamente a la difusión de esta raza tan antigua en
Italia como en el extranjero, y que se ha impuesto por calidad, clase,
temperamento y carácter.
El
aspecto general del Braco italiano debe ser el de un perro fuerte, vigoroso, no
liviano, relativamente robusto, no siendo, por tanto, adecuado para las grandes
y veloces marchas, pero que se mueve con un paso amplio, esbelto y constante. La
cabeza, que denota una gran nobleza y que al mismo tiempo tiene una expresión
fiera, mansa e inteligente, presenta los ejes cráneo-faciales divergentes entre
sí y su longitud debe alcanzar los cuatro décimos de la alzada a la cruz con
una caña nasal de perfil convexo. El cuello es fuerte y no demasiado largo, con
una pequeña papada que nunca llega a ser excesiva ni pesada. El tronco, cuya
longitud ideal es igual a la alzada a la cruz, tiene el tórax caído, profundo
y amplio, y nunca debe tener la línea inferior retraída. Las extremidades
anteriores y posteriores tienen una osamenta corta y son llevadas bien
verticales; los pies son grandes, robustos y de forma redondeada.
Altura
y peso. Alzada a la cruz, de 55 a 67 cm.; peso, de 25 a 40 kg.
Cabeza.
Larga, angulosa, relativamente hundida en las sienes. Trufa grande, de color
rosado o carne, o incluso marrón, según la capa con fosas nasales grandes y
abiertas. Caña nasal recta o ligeramente convexa. Labios superiores bien
desarrollados, finos y colgantes, pero no flácidos. Hocico relativamente
cuadrado visto de frente, rematado en punta si se ve de perfil. Stop poco
acentuado.
Ojos.
Ni hundidos ni salientes, de forma ovalada. Iris amarillo u ocre; según el
color de la librea.
Orejas.
Largas hasta el borde lateral de la nariz, de nacimiento un poco atrás, a lo
largo de la línea cigomática, con la punta levemente redondeada.
Cuello.
Fuerte, relativamente corto, con papada poco desarrollada y flexible.
Extremidades
anteriores. Hombros musculosos, largos e inclinados. Antebrazo robustos, en
correcto aplomo. Metacarpos de longitud media, ligeramente inclinados.
Cuerpo.
Tórax amplio, profundo, caído hasta los codos. Cruz alta, con paletillas
separadas. Perfil superior recto desde la cruz a la 11.ª vértebra dorsal,
ligeramente inclinada desde aquí a la grupa. Perfil inferior casi horizontal en
la parte torácica, ligeramente curvado en la parte abdominal. El vientre nunca
es retraído.
Extremidades
posteriores. Muslos relativamente largos y musculosos, no abiertos. Patas
fuertes, con corvejones en perfecto aplomo. Metatarsos cortos y enjutos.
Pies.
Robustos, grandes y redondeados, con dedos ligeramente alargados. Uñas fuertes
y curvadas, de color blanco, ocre o marrón, según la capa.
Cola.
Robusta en la raíz, se afina ligeramente hacia la punta, se corta con una
longitud de 15 a 25 cm.
Pelaje.
Corto, tupido y lustroso, más fino y liso sobre la cabeza, orejas, hombros,
muslos y parte anterior de las patas y los pies. Color: blanco; blanco con
manchas anaranjadas o ámbar; blanco con manchas marrones.
Características:
El aspecto
general del Braco italiano debe ser el de un perro fuerte, vigoroso, no liviano,
relativamente robusto, no siendo, por tanto, adecuado para las grandes y veloces
marchas, pero que se mueve con un paso amplio, esbelto y constante. La cabeza,
que denota una gran nobleza y que al mismo tiempo tiene una expresión fiera,
mansa e inteligente, presenta los ejes cráneo-faciales divergentes entre sí y
su longitud debe alcanzar los cuatro décimos de la alzada a la cruz con una caña
nasal de perfil convexo. El cuello es fuerte y no demasiado largo, con una pequeña
papada que nunca llega a ser excesiva ni pesada. El tronco, cuya longitud ideal
es igual a la alzada a la cruz, tiene el tórax caído, profundo y amplio, y
nunca debe tener la línea inferior retraída. Las extremidades anteriores y
posteriores tienen una osamenta corta y son llevadas bien verticales; los pies
son grandes, robustos y de forma redondeada.
Cría y cuidados:
Aunque Plinio en su importante obra "Naturalis Historia" habla de un "canis avuarius", que puede aproximarse al Braco italiano, el testimonio más antiguo y cierto lo ofrece el gran pintor toscano Ambroggio Lorenzeti en el fresco de la alegoría del "Buen y mal gobierno", realizado entre 1338 y 1340, en la Sala de los Nueve en el Ayuntamiento de Siena. Entre las diversas imágenes presenta a un perro con ejes cráneo-faciales claramente divergentes, muy similar al perro italiano de muestra actual. Por tanto, orígenes antiguos, pero también puede decirse que de noble linaje si se piensa que incluso los reyes de Francia tuvieron en sus perreras bracos piamonteses - con la capa blanca y anaranjada - y que los Saboya, desde finales de 1300, recibieron como regalo, por parte de sus súbditos. cuatro perros de raza Brazi por cada valle sobre el cual tenían poder y jurisdición. De este perro aún se encuentran diversos y válidos testimonios en muchos retratos de la casa de Saboya, donde aparece al lado de príncipes y reyes. Además, parece cierto que los intercambios de estos animales entre las familias reales y nobles de Europa contribuyeron a la sucesiva formación de muchas razas de bracos en Alemania, España y Francia. Pero si en los Alpes existía este perro, relativamente liviano y ágil para mejor poder cazar en los valles y con la capa predominantemente blanca, en la llanura lombarda existía otra variedad más pesada con cabeza más imponente menos esbelto en las formas y con la librea más oscura, en tonalidades marrones. Estas variedades, que podríamos definir respectivamente como pesada y liviana, permanecieron prácticamente inalteradas hasta finales del siglo XVIII y no han sido pocas las disputas entre la validez de una y otra y sobre las presuntas diferencias en sus características naturales y de prestaciones. Sin embargo, parece más lógico pensar en su funcionalidad con relación a la diversa naturaleza de los terrenos donde cazaban. Por tanto, resulta lógico pensar que el tipo liviano tuviera un mejor rendimiento en las zonas más accidentadas de montaña y colina, mientras que el tipo pesado era mejor para los terrenos planos de las llanuras de Lombardía y del Véneto adonde en aquella, época aún abundaban marismas y los pantanos.
La unificación de las dos variedades en un único estándar de raza no ha significado la derrota de una o de otra, porque dentro de un margen de 12 centímetros en la altura y de 15 kilos de peso están comprendidas ambas. En cuanto al resto, éstas siempre han tenido y aún tienen idénticas características morfológicas y somáticas e idénticas cualidades venatorias naturales.
Se puede también afirmar que la unificación ha reforzado la raza, fundiendo a veces las mejores cualidades de una y otra variedad.
La prueba de ello está en el hecho de que el Braco italiano actual (en las dos variedades de capa blanca y anaranjada y ruano marrón) es mejor tanto bajo el aspecto morfológico-funcional como en el relativo al carácter. De ello hay testimonios como las numerosísimas afirmaciones, a los máximos niveles.
Hoy, el Braco italiano obtiene siempre más éxitos y atenciones, hasta el punto de estar recuperando el terreno perdido, lo que es mérito de muchos grandes criadores que lo han seleccionado con pericia, competencia y seriedad, ya sea desde el punto de vista venatorio como estético.
Todo esto ha contribuido ciertamente a la difusión de esta raza tan antigua en Italia como en el extranjero, y que se ha impuesto por calidad, clase, temperamento y carácter.